lunes, 28 de noviembre de 2011

Buenas Noches / live journal


Agosto 25 – jueves – 1:34 AM.

Ya la cosa esta un poco más incomoda de lo normal, en efecto es tan abrumador que me toco llevar un registro mediocre de las cosas, porque personalmente no creo que tenga una verdadera constancia para esto.

Ya estoy bastante cansado, en definitiva dormir se vuelve necesario en algún punto, lo cierto es que el cuerpo necesita lo que necesita. Lo que yo necesito es descansar un poco, nunca he dormido mucho, dicen que no todo el mundo necesita dormir lo mismo, algunos ocho horas, otros cinco o seis, también estamos los que dormimos cuatro horas cada noche, y abrimos los ojos antes del amanecer, así soy, no me ha parecido nada extraño.

Sin embargo últimamente es cada vez más difícil conciliar el sueño, la hora de dormir en las últimas semanas se me ha convertido más en un deber que un placer, creo que lo hago por la simple necesidad de completar el día que sigue. Dan más o menos las doce o una de la mañana y ya siento que mi cuerpo y mi mente no dan más y empieza esa lucha con la almohada, es cierto, me cuesta, intento relajarme, acomodarme, pero nada, de repente me siento incomodo, casi como si estuviera en una cama ajena, es difícil de explicar.

La cosa comienza así, apago todo, oscuridad lo más completa posible, cobijas, no más frio y cierro mis ojos intentando silenciar mi mente, así como esta de silente mi espacio, después de treinta o cuarenta minutos sigo despierto y aun más cansado y es donde empieza la parte mala, siento que no estoy en un lugar seguro, y mi cuerpo da vueltas entre las sabanas, como buscando un rincón donde esconderse, y después de un tiempo siento el sudor que corre por mi frente y por mi espalda, casi siento que me observan, que me vigilan, pero no hay nadie más aquí, de eso estoy seguro. Pasan las horas y llega un momento en el que mi cuerpo se rinde y mi mente se cansa, en cuestión de una hora u hora y media suena el despertador y habrá que dar comienzo a un nuevo día.

Esto ocurre una o dos veces por semana, voy a continuar dándole seguimiento.

                                                  
Septiembre 10 – sábado – 11:45 AM.

Un par de semanas desde la primera nota, eso creo, ya los días pasan sin novedad, el mundo gira a mi alrededor y ni siquiera me doy cuenta, todo parece tan lento, tan igual, ya casi no diferencio entre una actividad y otra, en el día me he vuelto un simple autómata que repite una tarea tras otra en una misma rutina todos los días, solo me concentro para intentar diferenciar entre lunes o martes.

Ya todo me parece igual, indiferente y las personas solo me preguntan ¿qué pasa? ¿estás bien? ¿por qué tan ausente? Eso recuerdo que me lo dijeron. Yo no puedo darles una buena respuesta, tampoco me importa, igual no podrían comprender, ellos duermen yo no.

Cada semana que pasa la cosa esta peor, y incluso pierdo el interés por dormir, y por todo lo demás, siento que llevo estas notas solo por pasar el tiempo, es lo mismo por lo que hago todo, es mejor ver pasar las horas con algún movimiento, que solo mirar el techo y esperar a que llegue la hora de dormir.

Las noches están peores y ocurre con mayor frecuencia tres o cuatro veces en la semana cuando mínimo, estoy seguro que hay algo fuera de lugar, las noches me ponen paranoico, siento que me siguen en cuanto cae el sol, ya mi cama no es un refugio de confort.

Hoy creo que tomare algo.


Septiembre 11 – domingo – 2:05 PM.

El anestésico etílico cumple su función, entre dormir y la inconsciencia existe diferencia, para mí en este momento no es tanta, sin embargo, no es una respuesta a mi problema, hoy puedo sentir que no voy a poder cerrar los ojos, linda forma de iniciar una semana.


Octubre 19 – miércoles – 3:17 AM.

En definitiva, de los peores meses de mi vida y ahora me encuentro a mi mismo escribiendo una nota a altas horas de la mañana en la soledad la oscuridad y el silencio, ya siento como si no fuera yo mismo, casi veo mi propia vida en tercera persona, de día un ser que se mueve por simple inercia, de noche un prisionero, atormentado.

Las últimas semanas ni siquiera he querido escribir, me atormenta llegar a mi casa y ver esa cama donde no se duerme, cuando cae el sol me siento perseguido, esto me obliga a recordar el mes que paso o poco más desde la anotación pasada.

Cada vez las semanas se hicieron más largas, pase de dormir uno dos días entre semana a solo dormir los fines de semana, ya exhausto, duermo en el día pues la luz me brinda mayor seguridad, la noche se me volvió tortuosa e interminable. Recientemente siento el peso de mis ojos, todo el mundo me pregunta por las ojeras, dicen que tengo que relajarme, soy irritable.

Llegan aproximadamente las doce o doce y media, apago luces y entro en esa zona despreciable, donde no estoy seguro si estoy despierto o simplemente evado la realidad, cada vez más siento en la noche que en medio del frio que la caracteriza, todo es más caliente a mi alrededor y no es un calor bueno, no es como la calidez y confort que debe sentirse, siento como si estuviera acostado sobre una hornilla que se calienta gradualmente hasta que se hace insoportable, cercano a una quemadura, quito las cobijas y hay frio, intenso y me preocupa, porque no es la frialdad propia de la noche, es algo más profundo más intenso, es anormal.

Sin embargo mis sentidos se han agudizado de noche, ya la oscuridad no es absoluta, abro mis ojos, en realidad parecen no cerrarse nunca, y logro ver más allá de lo normal ahora puedo distinguir figuras cambiantes casi fantasmales en mi habitación, y los ruidos, malditos ruidos, no solo el crujir típico de las casas, no los ruidos vienen de lugares cercanos que no he podido identificar y me concentro, pero no lo logro, es difícil describir, pero creo, estoy casi seguro que lo que escucho son murmullos, ruidos confusos, casi imperceptibles como de personas hablando en voz baja, y no sé qué dicen, esa es la peor parte solo puedo suponer, especular.

Trato de convencerme a mí mismo que mi mente está cansada, que ya no percibo la realidad como es por la falta de sueño, al final solo duermo dos veces en una semana, sin embargo estoy alerta en las noches, esto parece real y tengo esa sensación, ese escozor profundo en la nuca, como si me observaran fijamente a mis espaldas, lo siento en este momento pero detrás mío solo hay una pared, me siento vigilado, es casi como si una mirada penetrante estuviera postrada sobre mi desde adentro del muro.

Necesito descansar, lo necesito ya.


Noviembre 1 – martes – 4:00 AM.

Tengo que contarle esto a alguien, tengo que desahogarme, escribo y mis manos tiemblan, siento las lágrimas al borde de mis ojos, me duele la cabeza y esa sensación en la nuca, no pasa, es más intensa, ya estoy al borde, ya casi me rindo. Me siento atado a mí mismo, me siento atrapado a esta cama, a esta habitación, intento, tengo cosas que hacer, tengo como pasar el tiempo, como cansar mi mente, pero no lo logro.

Pienso en que puedo hacer y saco fuerzas para levantarme, ni siquiera quiero ir a prender la luz, es que lo intento, en serio lo intento, pero no puedo moverme, me siento casi como aprisionado a estas sabanas y sin fuerzas, ya no quiero seguir más, ya no quiero intentar más, no hay porque hacerlo. Solo me jalo el pelo desesperado, solo me hundo en la almohada casi que buscando la asfixia.


Noviembre 7 – martes – 2:34 AM.

Las noches ya no parecen oscuras, veo más de lo que quiero ver, escucho más de lo que quiero. Me tocó buscar ayuda en un par de días me recibirá en neurólogo en su consultorio, sigo escéptico, yo creo que hay algo más, y este dolor en mi cabeza es cada vez más profundo, me confunde, no quiero que llegue la noche, quiero días largos, no me siento yo mismo, me siento atrapado y quiero salir, quiero liberarme de esta tortura.


Noviembre 10 – jueves – 11:45 AM.

Vengo de consulta, el médico dijo que el insomnio es un problema con varias causas, la principal higiene del sueño, eso quiere decir que hay que prepararse de forma correcta para dormir, no tomar nada estimulante, no tener frio y tener la suficiente oscuridad, tiene sentido. La segunda causa puede ser fisiológica dijo, hay que descartar lo primero y luego hacer exámenes, es un problema pues la arreglan las pastillas, únicamente fuertes narcóticos, pero podría dejar de lado mi habilidad para natural para dormir, la cual dudo que persista, sin embargo es lindo pensar que aun se puede. También existe la posibilidad que sea un problema emocional, eso me preocupa, eso sí es difícil de reparar. Tengo que intentar eso de la higiene del sueño y esperar lo mejor, pero no me convence.


Noviembre 11 – viernes – 8:00 AM.

Hace mucho no lloraba, había sentido las lagrimas acercarse al borde de mis ojos pero no había llorado, y nunca, nunca en mi vida había llorado así, llore por miedo, por desesperación, por terror del más puro, no podía respirar, me ahogaba en mis propias lagrimas, el llanto desesperado y desagarrado, pero casi silencioso, fue lo peor, lo peor, ahora si no vuelvo a dormir, ahora si esto está más allá de lo que yo conozco.

Seguí los consejos del médico al pie de la letra, lo juro, casi como un ritual dogmatico, en cuanto me sentí cansado me prepare y deje todo en oscuridad, lo más oscuro que pude, silencio y la cama lista, cómoda y caliente. Me acosté, trate de respirar hondo y despacio, relajar la mente, olvidarme de todo, con esperanza en terminar esta cosa y dejarlo como un simple mal episodio en la serie, pero estaba muy equivocado.

Paso una hora, nada de nada, y note que ya nada estaba tan oscuro como antes, sentí la necesidad de moverme cambiar de lado, el cuerpo lo tenía dormido, la mente no. Sentí la necesidad de mirar el reloj, en mi teléfono celular, 12: 43 AM, bueno hay que seguir intentando.

Estas sabanas pesan, estoy seguro, las siento pesadas como si fueran más, más densas, me molestan y no puedo dejar de moverme dentro de ellas, pero me cuesta trabajo, no parecen sabanas, no parecen cobijas, parecen otra cosa, son muy pesadas y siento que intentan amarrarme, que intentan restringirme, como si evitaran que saliera de esa cama.

Estaba quieto, muy quieto, las sabanas me dejaron cansado y ese sonido horrible destruyo el silencio, era el tono del celular, sonó como un grito desde el fondo de la tierra, me altere mucho, quede frio, paralizado, pero en segundos supe que era mi teléfono y lo levante, 2:00 AM, un mensaje de texto, remitente; número de desconocido, contenido, nada, nada de nada solamente un punto solitario y ya, era un mensaje vacio, algún ebrio marco mal pensé, pero ya en esta noche están pasando muchas cosas y no me gusta para nada, no me gusto para nada.

Ya cansado, el cuerpo exhausto, estas sabanas cada vez pesan más y empieza ese calor ese calor desde el centro de mi cama hacia afuera, y el sudor, frio, diferente y mi cuerpo quieto aplastado, casi como atado a esta cámara, ya no puedo respirar de forma suave y esta noche sin oscuridad total veo figuras a mi alrededor, cosas que no identifico, formas que no puedo encuadrar en lo que he conocido hasta ahora, ya no aguanto, las lagrimas me salen por montones y caen en mi almohada, el llanto esta ahogado no me sale de la garganta quisiera gritar! No puedo, simplemente no puedo y se me cierran los puños, me duelen las manos y mi cabeza, esta por explotar, solo puedo escuchar el rechinar de mis dientes y mi respiración fuerte y entrecortada por mi llanto.

Y entonces ocurrió.

Gire mi cuerpo sobre el costado izquierdo, mirando hacia a la ventana, calme mis lagrimas, respire hondo, no más, hay que calmarse. Y lo siento, las sabanas pesadas aprietan m cuerpo contra el colchón, completamente recto no me puedo mover, mi espalda queda descubierta, comienzo a respirar muy rápido, tan rápido y fuerte, nunca lo había hecho, no lo puedo controlar, intento moverme, intento calmarme, uso toda mi fuerza, gotas de sudor frio caen por mi frente, puedo sentirlas, heladas como el hielo.

Y lo siento en mi espalda, respiro cada vez más fuerte y más rápido, siento miles de puntos presionando en mi espalda, son como docenas de dedos delgados y largo puyando mi espalda muy rápido y muy fuerte, no paran, y duele, duele mucho, y entonces fue, en mi oído derecho lo pude escuchar, comenzó como un fuerte zumbido agudo y en cuestión de nada se convirtió en unas risas, carcajadas agudas y no paran, se burlan de mi.

¿Por qué pasa esto?

No se detiene, no termina, intento gritar, pedir ayuda y los gritos se quedan en la base de mi garganta, no salen y lo intento, me ahogo, dejo de respirar y cada vez suena más fuerte esa horrible risa, y yo solo intento forzar mi salida, escapar, huir de este castigo.

De repente termino y solo hubo silencio, calculo que esto no duro más de un par de minutos, pero yo lo sentí interminable, pude reunir el valor para moverme tal vez unos treinta o cuarenta minutos después, y me senté en una esquina, a vigilar mi cuarto y saber que me observa desde adentro de la pared.

Después de esa noche no quiero volver a dormir, vi el amanecer desde aquel rincón, todo dejo de parecer tan amenazante, intento racionalizar lo que me ocurrió, pero no puedo.

Nunca más, no más.

R. Saldarriaga.


lunes, 21 de noviembre de 2011

Libertades y Cadenas.


Un suspiro

Una vez me contaron una historia, la historia de un suspiro que podría llevarnos hacia el infinito, y desde ese día siempre me pregunto ¿será posible?

¿Cómo podríamos elevarnos hasta el cielo en un suspiro?

Algún día quizá volemos en un solo respiro, un respiro tan profundo, tan grande y lleno que sea capaza de elevar nuestros corazones hacia las fronteras mismas de la mente y la existencia, tan alto y tan lejos que cualquier horizonte parezca pequeño, que nuestro propio respirar, nuestra propia y única manera de vivir nos lleve más allá de cualquier realidad. Más lejos que cualquier campo de fresas y flores, de cualquier lagrima derramada en el suelo a través de tus mejillas de alegría o de tristeza, más fuerte más hondo que una gota de sangre viva sobre la superficie, inclusive más allá.

¿Acaso podríamos?

Yo creo que no. Yo no podría dar ese suspiro, no puedo correr ese riesgo, esa incertidumbre, no lo permito. Es imposible permitir que un suspiro pueda alejarme de la persona por la cual suspiro, así seas tú la dueña de todos mis respiros. No podría abandonarla a la deriva, no podría librarla de mi egoísmo, soy egoísta, ¿¡y qué!?

La quiero a mi lado y sin compartir, la quiero siempre, así me cueste perderme el universo, así no pueda ver el rostro del mismo dios o si este existe, así no vea más allá del pequeño campo de flores, prefiero vivir con un horizonte insuperable, perderme el universo y la infinidad de los gigantes antes que dejar de contemplar desde lo lejos su mirada, ese mirar tierno y negligente, que me tortura, que me relaja, que me libera y me esclaviza. Prefiero una y mil veces  descubrir la gigantesca inmensidad en lo pequeño de tu mirar, no me molestaría vivir con ese horizonte. Así soy.


Tempestad

Mi cuerpo, flotando en una tormenta, cruzando la tempestad de tus pasiones y estoy a la deriva, en las olas, en tu cuerpo, sufriendo el aplaque de los truenos que son tu mirar, poderoso, rompiendo el silencio, haciéndolo trizas, como miles de trozos de cristal cayendo lentamente en el espacio indivisible que existe entre nuestras almas egoístas, motivadas por el placer, y mi placer eres tú.

Tu largo pelo negro, como la noche infinita, tus ojos con una ligera línea gris, hipnótica e inimitable. Y yo sigo allí, en la tempestad a merced de las olas, curvas y depresiones, es tu cuerpo, contorno que sigo con mí mirar y pinto en mis ideas, eres única y también vulgar. No puedo verte, eres la furia, destruyes todo lo que no se ha construido, arruinas mi corazón, el de un niño. Pero sigo allí, solo para ti, para tus deseos egoístas y mezquinos, solo juntos somos uno solo, completo, solo separados somos felices fingiendo.

R. Saldarriaga.


Te odio.


Hoy te odio porque te fuiste y ya no eres,
Porque existo y no soy sin ti
Mañanas dolorosas, días grises,
Noches eternas, estrellas oscuras.

Te odio, lo siento al recordar tu piel
Me quema, me hiere
Y no olvido, aunque intento
Estas dentro, en mi sangre, en mi vida.

Te odio sin tenerte,
Te odio porque te tuve,
Ya no hay nada
Ahora lo veo todo.

Me odio por odiarte,
Te odio, sin diferencia,
Soy esclavo,
Te odio, porque te amo.

Jamás lo entiendo, no lleva a nada
Y nada parece cambiar,
Gira el mundo, yo piedra inerte,
Seré y soy, en ese orden.

R. Saldarriaga.